Las proteínas se han convertido en sinónimo de tener musculitos o de perder peso rápidamente haciendo una dieta cetogénica, pero son mucho más que eso. De hecho, “las proteínas constituyen entre el 15% y el 20% del peso de una persona adulta sana y desempeñan un papel fundamental para la vida”, según Amil López, nutricionista y doctora en farmacia: “son imprescindibles para el crecimiento, mantenimiento y regeneración de los tejidos y células, múltiples procesos metabólicos y el funcionamiento del sistema inmune.”
Para que te hagas una idea de su importancia: participan en la síntesis (formación) de la queratina de la piel, las uñas, el colágeno de los huesos, los tendones y los cartílagos, la elastina de los ligamentos, las enzimas que permiten la digestión, e incluso de ciertas hormonas como la insulina, la hormona del crecimiento o los anticuerpos que nos protegen de las infecciones. Nieves Cuesta, nutricionista de Reto 48 recalca su papel a nivel estructural: “Dan soporte a los huesos y le quitan carga, si no ingerimos la cantidad mínima de proteínas necesarias para mantener esa masa muscular, perdemos músculo y con ello estamos dañando a nuestros huesos. También aumentan las lesiones (no solo musculares sino óseas). Además, el músculo es el principal motor del cuerpo, el que más quema, por lo que a menos masa muscular, menos metabolismo basal. Es decir, menos podemos comer porque el cuerpo necesita menos energía.”
“Estructuralmente son cadenas de aminoácidos como las cuentas de un collar. Algunos de estos aminoácidos (fenilalanina, leucina, lisina, isoleucina, metionina, treonina, triptófano y valina) no se pueden sintetizar por el cuerpo, por eso se llaman esenciales y deben de ser adquiridos a través de la dieta”, advierte la doctora López. En general, para que el metabolismo funcione correctamente hay que añadir proteína variada (animal y vegetal), ya que no todos los alimentos contienen el mismo tipo de aminoácidos.
¿Por qué combinar proteína animal y vegetal?
Las proteínas de alto valor biológico son las que aportan todos los aminoácidos, incluidos los esenciales. Precisamente, “la proteína animal se considera de mejor valor biológico que la vegetal porque presenta un mayor número de aminoácidos”, cuenta Nieves Cuesta. Eso sí, “contiene más grasas y colesterol”, apunta Amil López. Puedes consumir: